Escucha mi ángel, escucha como defiende.
Una hora detallando todo lo que no funciona: el gobierno, los impuestos, el estado de bienestar, los trabajadores, las leyes, la sanidad, educación... Y su forma de resolverlo mediante un estado en gran proporción liberal, en donde el estado intervenga en grado mínimo.
Mírale. Desprendiendo palabras que se pisan unas a otras. Los ojos motor de fuegos artificiales, despiden chispas de emoción. Las manos se mueven de un sitio a otro acompañando los gestos de su cara. Los pies lo desplazan de un extremo a otro de la linea invisible trazada en el suelo
Cuando le replican, calla. Pero no escucha.
Su alma es una masa en expansión y hay que esperar que se calme
No sé si tiene razón. Aunque intento, una y otra vez, concentrarme en sus argumentos, la puesta en escena me roba la atención y no consigo retener sus palabras.
Siéntele mi ángel. Cuando aprenda a calmar su explosión, y escuchar y explicar al tiempo, será un líder neto
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